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Ni Madrid ni Barcelona: España tiene su propio arco del triunfo, más antiguo que el de París y olvidado

España tiene su propio arco romano
Arco romano de Medinaceli. Foto: Diego Delso en Wikimedia Commons.

La historia monumental de la Península Ibérica aloja vestigios de diferentes épocas y civilizaciones. Partiendo de restos romanos y celtas hasta construcciones visigodas, el rico legado arquitectónico se extiende de norte a sur. Y esto se ve evidenciado en España, que hasta tiene su propio arco del triunfo. Este nació inclusive antes que el arco del triunfo francés.

Pero la realidad es que casi nadie lo conoce. Su localización, fuera de las grandes capitales y alejada de los circuitos turísticos, fueron motivos suficientes para que no tenga visibilidad. Sin embargo, sus dimensiones, materiales y función revelan que se trata de un símbolo clave del urbanismo romano en Hispania.

España tiene su propio arco del triunfo y casi nadie lo conoce: ¿Dónde queda?

La ciudad de Medinaceli, situada en la provincia de Soria, alberga lo que se considera el arco del triunfo español.

A 1.200 metros sobre el nivel del mar, en el extremo meridional del casco urbano, se levanta esta construcción romana que fue levantada en el siglo I d. C. Su posición estratégica dominando el valle del Jalón le dio una función tanto conmemorativa como defensiva.

El eje del arco se alinea de este a oeste, en correspondencia con el trazado de la muralla urbana romana. Esto indica que formaba parte del sistema de fortificación de la ciudad. El arco contaba con tres vanos: uno central de mayores dimensiones y dos laterales destinados al paso peatonal.

Su fábrica se realizó en opus quadratum, con bloques de arenisca rojiza local que aún hoy es visible en muchas construcciones de la comarca.

Durante siglos, esta puerta monumental no sólo permitió el paso a la ciudad, sino que también simbolizó la entrada a un núcleo urbano importante dentro del trazado romano en la Península Ibérica.

La historia del Arco romano de Medinaceli

La estructura tuvo múltiples usos a lo largo del tiempo. En la Edad Media y la Edad Moderna se integró como elemento defensivo dentro del perímetro fortificado de Medinaceli.

Restos arqueológicos encontrados en excavaciones realizadas en 1991 confirman que la muralla se apoyaba sobre un podio escalonado que servía de base al arco, reforzando su carácter funcional.

Ya en el Renacimiento, humanistas como Mariangelo Accursio representaron gráficamente el monumento, lo que muestra el interés que despertaba incluso entonces. En el siglo XVIII, Antonio Ponz también lo describía como parte de la estructura militar de la localidad. El monumento ha sido, desde hace siglos, objeto de estudios históricos y arqueológicos.

La parte superior del arco estaba decorada con inscripciones en letras de bronce. Estas inscripciones, visibles desde gran distancia, eran habituales en el mundo romano para monumentos de carácter oficial.

Inicialmente, el arco contenía dedicatorias al Numen Augustus en su fachada norte y al emperador Domiciano en la sur. Sin embargo, tras la condena pública de este emperador, su nombre fue borrado y reemplazado por el de Trajano.

Este tipo de modificaciones en inscripciones eran comunes tras la llamada damnatio memoriae. Las letras fueron retiradas, algunos anclajes reutilizados y otros reemplazados para fijar las nuevas letras. Aún hoy es posible reconstruir la inscripción original gracias a los restos visibles en los sillares.

Las labores de restauración del siglo XX han permitido preservar buena parte del arco, aunque el deterioro provocado por su ubicación en una zona de clima extremo ha dejado huella visible en los elementos decorativos.

Dimensiones y estructura del arco

El propio arco del triunfo de España presenta unas dimensiones considerables:

  • Largo: 13,20 metros.
  • Altura: 8,10 metros.
  • Ancho: 2,10 metros.

El diseño estructural incluye tres arcos, siendo el central el más amplio, con una luz de 1,90 metros, construido con 23 dovelas. Los laterales, más estrechos, tienen 1,30 metros y están formados por siete dovelas cada uno.

En cuanto a decoración, destacan las pilastras estriadas con capiteles corintios que adornan la parte superior. Estas pilastras no continúan hasta la base, ya que la muralla adyacente cubría esa parte inferior, carente de ornamentación.

Los elementos superiores constan de dos filas de sillares rematadas por una cornisa. En estos sillares se anclaban las letras que formaban la inscripción original del arco, de las cuales aún se conservan algunos pernos de sujeción.

España tiene su propio arco del triunfo y así es su estado hoy

El arco de Medinaceli fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1930, y en 1963, la localidad de Medinaceli obtuvo el título de Conjunto Histórico-Artístico. A pesar de su reconocimiento legal, el estado de conservación del monumento presenta desigualdades.

Las caras norte y oeste, orientadas hacia la montaña y el núcleo urbano, presentan mejor estado de conservación. En cambio, las caras sur y este, expuestas al valle y al viento, muestran mayor desgaste.

La base del arco es la zona más afectada, con sillares parcialmente sustituidos por labores de consolidación.

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